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Larry Drew encuentra testosterona en su banquillo, mientras Ilgauskas pierde los papeles

Robbin Barberan - 12/04/2011 09:52

Es un gran chico, le voy a llamar… o mejor le mando un mensaje porque no creo que ahora me vaya a coger el teléfono

Éstas eran las palabras de Zaza Pachulia tras el encuentro entre Miami Heat y Atlanta Hawks. A pocos minutos del final, con el partido igualado, Pachulia anotó una canasta tras postear a Ilgauskas y meterlo debajo del aro, momento en el que dejó una bandeja. No parecía haber nada raro en la jugada, ni uso de los codos, ni malas artes del georgiano, así que la reacción de Big-Z dejó atónitos a todos.

Recogió el balón, con la aparente intención de sacar de fondo, pero alguna cuenta pendiente se cruzó en su cabeza y lanzó el balón violentamente a la espalda del jugador rival, aunque supuestamente amigo.

Hay que aplaudir la reacción de Pachulia, quien simplemente se giró, sorprendido, como tratando de entender qué había ocurrido y siguió corriendo hacia su pista para preparar la siguiente defensa. Ilgauskas parecía fuera de sí. Se fue hacia el banquillo, y Spoelstra lo tuvo que sujetar mientras el gigantón lituano soltaba toda una serie de improperios. Al final, el pívot fue expulsado y el tiro libre anotado por Jamal Crawford empató el partido a 88.

Todo esto ocurría a 3:28 minutos del final de un partido que los Heat habían dominado con solvencia durante los primeros tres cuartos. De nuevo, los Hawks se habían mostrado indolentes hasta ese momento, como tantas otras veces a lo largo de la temporada. Un equipo con mucho talento, el suficiente como para asegurar la quinta plaza de la Conferencia Este con solvencia, pero con tan poco carácter competitivo como los mismísimos Toronto Raptors.

Capaces de perder por 115-83 ante los Wizards, por 114-81 ante los Bulls o por 100-59 ante los Hornets, los Hawks son un equipo que no compite en las derrotas. Apenas ha perdido un partido en la temporada por dos puntos, un par de ellos por cuatro y otros dos por cinco. A partir de ahí, derrotas abultadas, con hasta cuatro por más de 30 puntos.

Esta vez, Larry Drew sí que fue capaz de encontrar la fórmula para competir. Desde que a 42 segundos del final del tercer cuarto Damien Wilkins sustituyese a Josh Smith, no volvió a realizar ni un solo cambio. Comenzó el último cuarto con la segunda unidad en pista y el marcador 79-67, y les fue tan bien que aguantó con ese quinteto hasta el final. Jeff Teague, Jamal Crawford, Damien Wilkins, Josh Powell y Zaza Pachulia se encargaron de recortar poco a poco, a base de coraje y buen juego en equipo, las diferencias que habían acumulado los Heat hasta el momento. Mientras, los Smith, Horford, Hinrich, Johnson y Williams -protegiéndose también de posibles lesiones- agitaban sus toallas desde el banquillo.

Con ese quinteto se llegó a la situación anteriormente narrada del empate a 88 tras tiro libre, pero los Hawks nunca llegarían a ponerse por delante. Fue James Jones, sustituto de Ilgauskas tras su expulsión, quien se puso esta vez la capa de superhéroe para los Heat anotando siete puntos consecutivos que devolvían la tranquilidad, aseguraban la victoria y otorgaban la segunda plaza del Este de manera definitiva a Miami.

James Jones. Copyright 2011 NBAE (Photo by Scott Cunningham/NBAE via Getty Images)

Si la dolorosa derrota ante los Wizards del pasado sábado llenaba de preocupación a Larry Drew de cara a poder competir con Orlando Magic en primera ronda del Playoff, ante los Heat debe haber encontrado algo de inspiración -y testosterona- en su banquillo. Su discurso hace tan solo dos días no podía ser más demoledor:

“No tengo nada de confianza. No se puede simplemente cambiar el interruptor, no funciona así. Hay que arrastrar buenas sensaciones para acabar la temporada regular y llegar así a los Playoff”

Ahora las cosas han cambiado:

“Estoy contento de que hayan hecho este esfuerzo. Han hecho un buen trabajo. No se han borrado de un partido sin mucha importancia de cara al balance de victorias-derrotas. Es importante llegar a los Playoff jugando duro y bien.”

Así, Drew y los Hawks han encontrado un motivo para albergar ciertas esperanzas en la que será una eliminatoria muy dura para ellos ante Orlando Magic. Pocos nos atreveríamos a apostar por un triunfo de Atlanta en primera ronda. Es más, parece poco probable que el global de la eliminatoria se pueda ir más allá del 4-1. Sin embargo, la confianza de estos jugadores ha crecido y, quién sabe, quizás haya servido de toque de atención para que los titulares se pongan las pilas. Jeff Teague lo tiene claro:

“Es una inyección de confianza para la segunda unidad si tenemos una oportunidad durante los Playoff”

¿Será suficiente?

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