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Rudy vs Blazers: Un callejón sin salida

Robbin Barberan - 19/08/2010 02:44

Está siendo uno de los culebrones del verano, y es que ya sabemos la situación: Rudy Fernández se quiere ir de los Blazers, pero tiene contrato en vigor. Dentro de las declaraciones que el entorno del balear lleva realizando en los últimos meses se ha dado en el día de hoy un paso adelante que casi podríamos calificar como punto de no retorno, al señalar Andy Miller -agente de  Rudy- que el jugador no se presentará a la pretemporada de su equipo y que prefiere estar dos años sin jugar antes que volver a los Blazers. Sin duda, una apuesta dura de difícil solución. Recordemos cómo se ha llegado a este punto y todas las declaraciones realizadas en las últimas horas.

Rudy fue escogido en la 24ª posición del draft del año 2007, una elección originalmente de los Celtics que había sido traspasada en varias ocasiones ya en años anteriores, con nombres involucrados como Jiri Welsch o Rajon Rondo, en diferentes operaciones para las que hay que remontarse hasta principios del año 2005. La última de ellas fue una de esas acciones en las que Phoenix Suns ha intentado recortar gastos, moviendo su elección en la noche del draft junto a James Jones a cambio de unos 3 millones de dólares, con el objetivo de reducir los salarios y recibir efectivo. Cono decimos, todo un clásico en los Suns y quizás uno de los principales motivos por los que no han conseguido el anillo.

Pero volvamos a Rudy: decide quedarse un año más en el Joventut, asumiendo una cláusula que le permita dar el salto un curso después. Tras lograr la plata en los JJOO de Pekín, con el famoso mate ante Howard, es recibido como un héroe en Oregon, con más de 100 personas esperando en el aeropuerto la llegada del novato.

Los inicios de Rudy con los Blazers son más que esperanzadores. Combinando el acierto desde el triple con alley oops espectaculares, se hizo rápidamente un hueco en el corazón de los aficionados de los Blazers, que le aclamaron desde el primer momento. Y es que no era para menos:

También tuvo malos momentos, y el peor no fue ningún día desacertado en el tiro sino una muy dura acción de Trevor Ariza en la paliza ante Lakers:

Con algo más de 25 minutos por partido lograba superar los 10 puntos de promedio y tenía como nota más destacada un porcentaje en el triple que rozaba el 40%, elevadísimo si tenemos en cuenta el gran promedio de lanzamientos exteriores que realizaba. Tras el gran año de debut, tocaba consagrarse en la segunda temporada. Pero no fue así.

Con problemas físicos desde el inicio, tuvo que pasar por el quirófano y recibió una de las mayores ovaciones de la temporada en su reaparición con los Blazers.

Dentro de un curso marcado por las lesiones en los Blazers, el conjunto conseguía mantenerse más que competitivo y lograba su clasificación para los Playoffs, donde caerían ante los Suns. Sin embargo, Rudy no estaba contento.

En los primeros partidos de la temporada llegaron las críticas para McMillan incluso desde dentro de la plantilla. La necesidad de acoplar a Andre Miller con la gran estrella del equipo resultaba complicada por la necesidad de posesión de balón que ambos jugadores tienen, y además se intentaba involucrar en mayor medida a Greg Oden dentro del apartado ofensivo. El habitual ritmo lento del conjunto se unía a una cierta “pesadez” del estático, y se tardaron varias semanas en conseguir una relativa solución. Además de otras causas como la lesión de Oden, claro, que “deshacía” ese “problema”.

Algo había cambiado en el estilo de Rudy. La frescura de su juego en el año anterior desaparecía por completo, y cada vez se veía en mayor medida a un jugador agarrotado, incómodo dentro del juego de su equipo. Sin Sergio para encontrar, buscar y entender sus cortes, las características de Rudy se volcaban hacia el lanzamiento exterior y no mantenía el acierto del curso anterior.

Como en tantos otros conjuntos que tienen a un escolta estelar -Brandon Roy-, tanto el base como el alero se mantienen en muchas ocasiones en el estático anclados en la esquina, facilitando espacios para una posible penetración y “castigando” cuando se cierra la defensa. Ahí encontramos dos de los motivos para el descontento de Rudy: por un lado, la dificultad de “robar” minutos de juego a un jugador del calibre de Brandon Roy, y es que quizás sólo Wade y Bryant sean jugadores de nivel similar en su posición; por otro, cómo se limitaban sus opciones y veía reducido su rol en el equipo.

Mas tampoco debemos dejarnos llevar por el victimismo a favor del jugador, y es que ya decimos que sus porcentajes bajaron notablemente en apartados importantes, además de perder muchas de las opciones del curso anterior y dar un escaso rendimiento cuando Roy estaba ausente. Es probable que nadie se hubiera imaginado jamás hasta qué punto podía llegar el ascendente del juego de Sergio Rodríguez sobre algunos de sus compañeros, qué cosas. Anda que no se lo van a pasar bien los aficionados del Real Madrid este año ni nada.

Al acabar la temporada, el mensaje de Rudy estaba claro: quería sentarse a hablar con la gerencia, puesto que creía necesitar un cambio. Al volver a España, sus declaraciones seguían el mismo camino: sabía que tenía contrato con los Blazers, pero desearía un traspaso al no estar a gusto con su papel en el equipo ni cómodo con el sistema de juego de McMilan. Habría que empezar a valorar hasta qué punto el propio jugador ha estado perjudicando sus opciones de un traspaso, declarando continuamente la necesidad de un mayor protagonismo. Para mayor desgracia, su escaso contrato (1.246.680 dólares la próxima temporada, según Shamsports, bastante por debajo del sueldo medio) dificultaba notablemente un traspaso, pues debemos tener en cuenta que los Blazers son uno de los conjuntos “ricos” de la competición, intentan construir un candidato al anillo y no tenían la menor intención de “regalar” al jugador, teniendo que recibir un salario similar en un posible intercambio. Otra cosa sería una operación que mejorase el potencial de los Blazers, pero eso es algo que no se ha producido.

Y así han ido pasando las semanas. Cada pocos días podíamos leer “lo próximo que estaba su traspaso”, pero la situación no presentaba cambios, salvo algunos reajustes en la plantilla de Portland. Rudy considera que hizo un enorme sacrificio para jugar en la NBA, cree que los Blazers deben entender su postura y sigue deseando un traspaso.

Todo se ha acelerado en las últimas horas. En una entrevista de Jorge Sierra a Andy Miller, el agente considera que la situación de Rudy “ya no tiene solución”, dejando caer la posibilidad de que no se presente a la pretemporada del equipo e insistiendo en que “la relación no tendrá un final feliz”.

Al tiempo que Sierra informa del interés de Panathinaikos y F.C. Barcelona en el jugador, Marc  J. Spears hace notar que han sido al menos 15 las franquicias que se han interesado en un traspaso, pero sin que los Blazers recibiesen a cambio nada de su interés, por lo que la situación parecía “atascada”.

Quizás por ello ha llegado el anuncio de una “posible rebeldía”. Los jugadores de primera ronda tienen dos años garantizados de contrato, y otros dos opcionales que la franquicia decide de forma unilateral. El tercer año de contrato de Rudy se decidió antes de iniciarse la temporada, y también debería tomarse una decisión sobre su cuarto año antes del inicio del próximo curso.

Jason Quick, en un programa de radio, ha informado después que Rudy está dispuesto a quedarse dos años sin jugar, no interesado ya en un traspaso y con el único objetivo de volver a Europa, abandonando la NBA de forma definitiva. Puesto al corriente de la situación, el nuevo responsable de operaciones de los Blazers, Rich Cho, no ha querido entrar en un cruce de declaraciones, mostrando su pesar ante las palabras de Miller e insistiendo una vez más en que no va a realizar ninguna operación que pueda perjudicar a su equipo ni acceder a presiones.

¿Cuál es ahora la situación en que nos encontramos? ¿Hasta qué punto es “real” la amenaza del agente? ¿Lograrán ahora que los Blazers liberen al jugador de su contrato o decidirá la franquicia que no debe sentar un precedente ante una medida de presión del jugador? En un primer momento, Cho mantiene su postura: no hay intención de finalizar su vinculación con Rudy ni de realizar un traspaso en el que reciban piezas que no les interesen.

Por no meternos en el lío, y es que ¿realmente era necesario montar todo este jaleo? ¿Cuánto se ha perjudicado el jugador al hacer tan claro su deseo de un traspaso? ¿Cuánto ha disminuido su valor de mercado con las declaraciones desde el inicio?

Sin duda, las respuestas no siempre son inmediatas y nos encontramos ante una situación de difícil solución.

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