0

Matthews, Rudy, Blazers, Jazz…, y el día de la marmota

Robbin Barberan - 11/07/2010 23:53

A través de su agente, Wesley Matthews confirmó hace unas horas haber aceptado una oferta de Portland Trail Blazers, lo que podría añadir al jugador a una línea exterior que ya cuenta con Andre Miller, Brandon Roy, Nicolas Batum, Rudy Fernández y Jerryd Bayless del pasado curso, junto a las dudas sobre la continuidad del australiano Patrick Mills y la incorporación de los jóvenes Luke Babbitt y Elliot Williams a través del draft. Con unas cantidades que rondan los 34 millones por 5 temporadas, Utah Jazz dispone de una semana para decidir si igualan la oferta y se quedan con el jugador, decisión que tiene numerosos matices y curiosidades. Vamos a ello.

Empecemos por el jugador: hace un año, Mathews se encontraba buscando con su rendimiento en las ligas de verano ganarse un puesto en alguno de los rosters de la liga, puesto que no había sido elegido en el draft tras pasar 4 años en la universidad de Marquette. Después de convencer al cuerpo técnico, logró un contrato para una temporada, por el mínimo y sin garantizar, así que, en cierto modo, tuvo la espada de Damocles de un posible corte sobre su cabeza hasta mediados de enero.

Pese a algunos altibajos en cuanto a minutos de juego, consiguió establecerse dentro de la rotación del conjunto de Sloan y terminó como titular indiscutible una vez traspasado Brewer a los Grizzlies, por su capacidad de defender a cualquier posición exterior del rival y la anotación en lanzamientos abiertos, con especial acierto en la esquina derecha. Logró además algo especialmente destacable, el subir sus promedios con la llegada de la postemporada, puesto que sus 9‘4 puntos, 2’3 rebotes, 1’5 asistencias y 0’8 robos de los 82 partidos de la regular se transformaron en 13’2 puntos, 4’4 rebotes, 1’7 asistencias y 1’8 robos durante los Playoffs, pese a una ligera merma en sus porcentajes (logró hasta un 38% desde el triple en la regular) y jugando todos los partidos de los Jazz ese año. De hecho, se convirtió en el 9º rookie de la historia de los Jazz en jugar todos los partidos de la regular y sus 48 apariciones como titular son el mayor número para un novato en Salt Lake City desde Jarron Collins en 2002.

Terminada la temporada, las negociaciones entre la franquicia de Salt Lake City y el jugador para su renovación no lograban avanzar, y es que los Jazz se encuentran en una situación complicada. Una vez que Carlos Boozer ha confirmado su fichaje por los Bulls en unas cantidades cercanas a los 80 millones por 5 temporadas y Kyle Korver también ha llegado a un -más modesto- acuerdo por unos 15 millones y 3 años de vinculación, pero el hecho de que los de Utah se mantengan por encima del tope salarial  con sus actuales contratos lleva a que sólo dispongan de las excepciones salariales para acometer fichajes. Pareciendo necesario el refuerzo de un interior ante la marcha de Boozer, tendrían problemas para encontrar un jugador interesante si igualasen la oferta sobre Mathews -que es por la cuantía total de la principal excepción salarial, la MLE- puesto que al haber jugado sólo un año, no tienen sobre él los llamados Bird Rights, que permiten renovar a un jugador independientemente de las cifras marcadas por el tope salarial.

Me siento como si hoy fuese el día de la marmota

Con esta ocurrente frase explicaba Kevin O’Connor, gerente de los Jazz, los sentimientos en la franquicia tras conocer que Matthews había aceptado una oferta de los Blazers. Y es que resulta inevitable recordar lo sucedido un año antes con Paul Millsap, que también aceptó una offer sheet -para entendernos, una oferta “sujeta al tanteo”- de los Blazers de particulares características.

Con un contrato de unos 32 millones por 4 años, pero a la cuantía del primer año se le añadieron una serie de bonus que llevaban a que el jugador cobrase más de 10 millones de dólares ¡el día que firmase el contrato! El motivo de que los Blazers actuasen de esta forma se debía a que, en el caso de igualar, los Jazz se colocaban claramente por encima de la barrera del impuesto de lujo, multiplicando los gastos, y el obligar a un pago inmediato hacía aún “más doloroso” el momento de la firma para el pagador. Sin embargo, ya sabemos que los de Salt Lake City igualaron la oferta y eso hizo que muchos medios diesen por hecho que Boozer iba a abandonar el equipo antes de empezar de temporada. Bueno, ya se sabe, los rumores de fichaje venden.

Eso sí, todo tuvo un precio para los Jazz, y hubo tanto que tirar de la imaginación como resignarse a perder recursos para rebajar el enorme gasto en salarios, el más alto en la historia de la franquicia. Eric Maynor había sido la elección de los Jazz en la primera ronda de draft, había protagonizado un buen inicio de temporada como suplente de Deron Williams, y Sam Presti aprovechó el que su equipo estuviese por debajo del tope salarial para hacerse con sus servicios, sin necesidad de igualar salarios. Maynor y Matt Harpring fueron enviados a los Thunder a cambio de los derechos de contratación de Peter Fehse, un espigado alemán de 27 años que -salvo milagro- jamás jugará en la NBA. Harpirng ejercía ya como comentarista televisivo y estaba en su último año de contrato. Pese a que el seguro médico se hacía cargo de la mayor parte de su cuantía, sí sumaba en el payroll de los Jazz. Poco después, enviaban a Ronnie Brewer -también en su último año de contrato- a los Grizzlies, a cambio de una futura primera ronda del draft, con diferentes restricciones y protecciones hasta el año 2015 y que será sustituida por una cantidad económica si no se ha hecho efectiva entonces. Con estos dos movimientos, los Jazz lograron reducir de forma notable sus salarios y “sólo” han debido pagar algo más de 3 millones de dólares como “multa” por el impuesto de lujo.

Y es que podría decirse que los Blazers “lo han vuelto a hacer”, puesto que la oferta a Matthews es de características muy similares, con algo más de 9 millones de dólares del contrato al jugador que deben pagarse el primer año de vinculación, en virtud de una serie de bonus y la oferta máxima que podía recibir el jugador, ya que las cantidades de su contrato no podían superar el salario medio en virtud de lo que se conoce como la Gilbert Arenas Provision, que pretende evitar casos como el del ahora polémico base de los Wizards, “robado” a los Warriors aprovechando un hueco del marco de contratación. Eso sí, la anécdota está en que Mattews cobrará el próximo año más que Blake Griffin, cuando éste fue el número 1 del draft…, y el de los Jazz no fue elegido en ninguna de las dos rondas.

¿Igualarán los Jazz la oferta a Matthews? Es difícil de saber. En un principio, consideraban excesivas las cantidades que pedía su agente Lance Young, ya que les dejaba sin margen de negociación a la hora de conseguir más refuerzos tras la pérdida de Boozer y Korver. Probablemente, lo más normal seria que esperasen los 7 días que tienen de margen antes de notificar su decisión, aunque ya ha saltado a la palestra la posibilidad de que se hagan de nuevo con los servicios de Ronnie Brewer, sobre quien renunciaron los Grizzlies a sus derechos y con un retorno a Tennessee más que improbable tras el anuncio de la renovación de Rudy Gay -unos 80 millones por 5 años- y el reciente anuncio del acuerdo al que han llegado con Tony Allen para que abandone los Celtics.

De igualar la oferta sobre Matthews, no sólo agotarían su MLE, sino que también acumularían unos gastos en salarios por encima de los 66 millones de dólares con 9 jugadores en plantilla (Andrei Kirilenko, Deron Williams, Mehmet Okur, Paul Millsap, C.J. Miles, Gordon Hayward, Ronnie Price y Kosta Koufos se unirían a Wesley, antes de conocer si Kyrylo Fesenko renueva o si Sundiata Gaines, Othyus Jeffers y Jeremy Evans, todos con contrato sin garantizar, forman definitivamente la plantilla), a sólo 4 de la barrera del impuesto de lujo, por lo que O’Connor deberá hacer números. El hecho de que Kirilenko acabe contrato este año abre posibilidades de traspasos durante el curso, y también podrían simplemente aumentar el protagonismo de C.J.Miles, ver el rendimiento del novato Gordon Hayward, y esperar que el alero ruso no tenga este año problemas con las lesiones. Pero es muy pronto para ser concluyente.

¿En qué lugar queda Rudy Fernández dentro de los Blazers? Hemos leído tropecientas veces durante las últimas semanas que estaba a punto de salir de los Blazer. Como en el cuento de “que viene el lobo”, el hecho de que muchas de las insinuaciones fuesen simples elucubraciones no evita que la posible adquisición de Matthews abre nuevas posibilidades. Por un lado, podría llegar a pensarse que viene a cubrir el puesto de Travis Outlaw, traspasado a los Clippers en el intercambio con Camby junto a Steve Blake, y que en nada afectaría a Rudy; por otro, la llegada también de Babbitt y Williams para los posiciones exteriores permite pensar que con Miller, Roy, Batum, Bayless y Brewer, unido a las puntuales aportaciones que puedan tener los novatos, podría quedar cerrada su rotación exterior.

Pese a todo, desde Portland han dado sobradas muestras hasta el momento de pretender quedarse con el balear tras su gran año de debut, pese a los problemas de este segundo curso en el que ha rendido a un nivel muy inferior, ha mostrado notables síntomas de descontento y falta de confianza en su juego, y recibiría con los brazos abiertos un traspaso a otra franquicia. ¿Se producirá? Quizás sea demasiado pronto para saberlo, veamos antes cómo termina este “culebrón Matthews”.

Etiquetas: , , , , , , , , , ,

Déjanos tu opinión

Debes acceder para dejar un comentario.