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De Haslem a Dampier y los problemas en Miami

Robbin Barberan - 23/11/2010 13:39

Son la gran noticia de la temporada y todo lo que sucede en los Heat se mide con lupa, alcanzando un gran eco todo lo que rodea a sus logros y problemas. Especialmente estos últimos.

Udonis Haslem causará baja en los Heat al menos hasta el mes de febrero según las primeras estimaciones. Teniendo en cuenta los problemas en el rebote ofensivo y la defensa interior, sumado a las carencias del banquillo multiplicadas con la ausencia del también lesionado Mike Miller, las urgencias aumentan, y todo hace indicar que firmarán a Erick Dampier si supera el reconocimiento médico, tal y como han indicado diversos medios americanos durante las últimas horas.

Nada hay peor que encadenar una serie de derrotas para un grupo con mucha presión y máximas expectativas. Hasta ahora aún quedaban (ejem, ejem, “quedábamos”) algunos que preferían relativizar los partidos perdidos como algo lógico dentro de un equipo en construcción. Sin embargo, el partido de anoche ante Indiana podría abrir una herida con mayores consecuencias, pues las sensaciones mostradas en la pista y los gestos (el famoso lenguaje corporal en el que tanto intentamos fijarnos algunos) de los componentes del equipo no invitan al optimismo. Más bien lo contrario.

Vayamos por partes: tras crear espacio salarial para mejorar el equipo y alcanzar un acuerdo con el trío estelar, Miami quedaba con escasas opciones para reforzar la plantilla al dejar casi agotado su espacio salarial. Con el refuerzo de Miller y la firma de Haslem (sobre quien habían renunciados a las “condiciones ventajosas” para poder fichar a James y Bosh, aceptando Udonis después un contrato inferior) agotaron su espacio salarial antes de completar su plantilla con contratos mínimos. Y ahí no se acabaron los gastos, puesto que pagaron cerca de 2 millones y medio de dólares en los últimos ajustes antes del inicio del curso, con los cortes de Patrick Beverley, Da’Sean Butler, Kenny Hasbrouck y Shavlik Randolph para disminuir al máximo de 15 jugadores en plantilla una vez empieza la temporada. Y es que en la NBA también hay una notable diferencia entre “equipos ricos” y otros que lo son bastante menos, pese a las restricciones del tope salarial. Bien que lo sabe Isiah Thomas.

Olvidémonos de cifras y volvamos al juego. Erik Spoelstra decidió centrarse en la mejora defensiva del equipo, con una espectacular capacidad para “bloquear” el estático rival gracias a la defensa exterior y un ritmo relativamente lento (por debajo de la media en posesiones por partido) de juego. Pero la plantilla tienen defectos. El que más se ha destacado llega en la posicion de center.

Joel Anthony empezó de titular, por su capacidad en las ayudas defensivas en intimidación e intensidad. El problema es que no hay más, con enormes lagunas ofensivas y dificultades en la defensa individual por falta de altura, así que ha terminado fuera de la rotación los últimos partidos y ha dado paso a la salida de Ilgauskas en el quinteto titular. Mayor anotación y centímetros, pero lentitud y falta de explosividad. ¿Otras alternativas? El también veteranísimo Magloire dista mucho de ser una opción fiable y el joven Pittman aún no ha debutado.

Pese a que no se ha librado de las críticas, los gurús de la dictadura del dato remarcan que Chris Bosh es uno de los jugadores más efectivos de Miami en el inicio del curso, con el equipo notablemente beneficiado por su presencia en los parciales favorables. Su recambio y con quien compartiese algunos minutos en cancha debía ser Haslem. Y ahí entramos en el nuevo problema.

Tras la lesión en su pie izquierdo durante el partido decidido por Rudy Gay en el último segundo, Udonis Haslem deberá pasar por el quirófano y perderse varios meses de competición. Aún se desconoce el periodo de baja pero se duda que su vuelta pudiera producirse antes del All Star, lo que significaría que su ausencia será al menos de unos 3 meses. Siendo cierto que la aportación de Haslem estaba limitada por la presencia de Bosh -por los minutos de éste y las dificultades de “encajar” a ambos, al crearse desventajas en la defensa interior por falta de centímetros y quedarse sin referencias en el poste-, las alternativas podrían ser peores, dadas las carencias en la zona.

Aunque también podría haber una solución para “minimizar daños” o incluso sacar rédito: la de colocar a James como “cuatro” en las ausencias de Bosh, e incluso acompañarle en los minutos finales de los partidos en el ataque. LeBron ya ha sido usado en ocasiones puntuales en esa posición durante su etapa en los Cavs, siendo los parciales de su equipo especialmente favorables cuando compartía minutos con Varejao, aunque las características de los interiores en Miami son muy distintas. Por ello, tampoco es descartable que simplemente apueste Spoelstra por dar mayor cancha a Juwan Howard, con apenas presencia en cancha durante los primeros partidos.

La llegada de Dampier podría cubrir un boquete en la pintura que parece necesario tapar, pero tampoco debe pensarse como el maná a todos los problemas puesto que a sus 36 años su aportación debe imaginarse limitada, encajando eso sí “como un guante” a las carencias de Miami en rebote y defensa interior.

Las derrotas aumentan el número de dardos dispuestos a apuntar hacia la diana. James y Bosh han sido hasta ahora los jugadores con mayor aportación, lo que no evita que sean los primeros mencionados en las críticas. Los problemas físicos de Wade en pretemporada y su lesión posterior en la muñeca han llevado a que veamos dos de sus peores partidos a lo largo de su carrera (3/25 entre la segunda derrota ante Boston y el partido frente a Indiana), contribuyendo a aumentar las dudas pese a que las estadísticas de equipo nos muestren a Miami como uno de los mejores conjuntos en eficiencia ofensiva y defensiva, pese a notables carencias en el rebote.

Y el crédito de Spoelstra podría saltar por los aires si el equipo da la impresión de falta de confianza y los gestos en los jugadores son  negativos. Justo lo que pasó anoche, por cierto.

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