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El difícil traspaso de Carmelo Anthony

Robbin Barberan - 21/09/2010 11:57

El verano tiene estas cosas: cuando se acaban los fichajes, empiezan los rumores. Primero fue Chris Paul, luego llegó Carmelo Anthony. En ambos casos, “a punto de dejar sus equipos”. Y, para que no faltase nada, en el medio, cada mañana desayunábamos con el “Rudy está a punto de salir de los Blazers, esta vez sí que sí”. Qué cosas.

La situación es más que conocida: ‘Melo’ termina contrato a final de temporada, no ha llegado a un acuerdo con Denver para la ampliación y se especula con la supuesta marcha de Colorado una vez que acabe el curso, lo que dejaría a la franquicia en una situación similar a la de los Raptors sin Bosh o los Cavs sin James. Es decir, un panorama desolador que se presta a todo tipo de elucubración. Pese a todo, y aunque ningún movimiento es imposible en la NBA, parece complicado que el traspaso de Carmelo Anthony se produzca en los próximos días o semanas, Veamos algunos motivos:

Retrocedamos unos meses en el tiempo: el pasado 5 de febrero los Nuggets se imponían en el Staples a los Lakers con una exhibición ofensiva liderada por Chauncey Billups en ausencia de Carmelo. Era el segundo triunfo ante los de Pau en el par de enfrentamientos que habían tenido hasta ese momento del curso, se ponían a menos de 4 partidos de los angelinos y se mantenían en una clara segunda posición de la conferencia. El equipo parecía hecho a medida para luchar con los Lakers, además de dar la impresión de ser el único conjunto capaz de disputarles el título del Oeste. ¿Sus principales armas? Un equipo construido desde el ataque por George Karl, con un Anthony estelar, un Billups ya lejos de sus esplendor pero capaz de obtener extraordinarias rachas de tiro, la explosividad anotadora de J.R.Smith y un juego interior tremendamente versátil y poderoso.

Kenyon Martin es ahora un jugador mucho más disciplinado que en sus inicios con los Nuggets, donde le costó trabajo aceptar que la explosividad de su juventud había desaparecido prematuramente por causa de las lesiones y que debía pasar a un papel más secundario, donde aún tiene mucho que aportar. Nenê Hilario ha dejado atrás esos problemas con el cáncer que estuvieron a punto de llevarse por delante mucho más que su carrera como deportista de élite y se ha establecido como un interior muy regular, con rachas de anotación y poderío físico que hace valer en la pintura. El trío interior en Colorado se completaba con Chris Andersen, el más explosivo de todos y que ya pagó sus excesos de juventud con sanciones para volver en su mejor versión. Limitado ofensivamente, pero con una excepcional capacidad de salto y envergadura que le valen como finalizador y para dar momentos determinantes en defensa.

Con estas armas, el sueño del anillo no era una utopía. Pero todo se torció. Y de qué forma.

Martin arrastraba molestias en su rodilla desde los primeros meses del curso, y todo se había complicado tras un choque en un encuentro ante los Warriors a finales de enero. Las molestias se multiplicaban, perdiéndose algunos partidos y realizando nuevos análisis a lo largo de febrero, por lo que incluso el equipo estuvo preguntando antes del cierre del mercado de traspasos por la posibilidad de lograr a Antonio McDyess o Tyrus Thomas, evidentemente sin lograr nada que les interesase. Tampoco se libró Andersen de los problemas en su rodilla, rindiendo a menor nivel que el curso anterior y pasando por el quirófano al acabar la temporada. Y tampoco debemos olvidarnos de un Nenê que ni siquiera terminó la serie de Playoffs ante los Jazz y tuvo que perderse el Mundobasket.

Pese a los problemas físicos de los jugadores interiores, el factor de desequilibrio en el equipo quizás llegó con la ausencia de su entrenador Karl, que abandonó los Nuggets en marzo para someterse a tratamiento contra el cáncer y Adrian Dantley tuvo que hacerse cargo del conjunto. La salud de Karl es ahora mejor y volverá a tomar las riendas el próximo curso. Con todo, ¿hay equipo para pensar en repetir los mejores momentos del curso pasado o “la ventana” de los Nuggets se ha cerrado de forma definitiva? Numerosos analistas apuestan por esta última opción, dando como hecho el que Anthony desea escapar de los Nuggets e iniciar una nueva etapa, motivo por el que no ha firmado la renovación. Llega incluso a apuntarse como otra parte a subrayar su reciente matrimonio y la posibilidad de que su esposa quiera estar en una “ciudad grande”. Y es que a se sabe que cuando la elucubración empieza no tiene límites.

En definitiva, en Denver se encuentran ante una encrucijada que determinará su futuro en los próximos años: ¿intentar traspasar a su jugador estrella logrando alguna joven perla o jugárselo todo a lograr la renovación de Melo?

Un intercambio de Anthony es casi imposible que mantuviese el potencial deportivo actual de los Nuggets. Han apostado por el fichaje de Al Harrington -otro anotador versátil- y Masai Ujiri llega como nuevo responsable de operaciones en los despachos sustituyendo a Mark Warkentien, así que tampoco parece su mejor carta de presentación deshacerse del mejor jugador que ha pasado en mucho tiempo por Colorado. Además, mover a Carmelo mandaría un mensaje claro a la afición, provocaría sin duda un descenso en los abonos del conjunto y reduciría los ingresos, al tiempo que pondría a los Nuggets en la situación de otras franquicias que han intentado reconstruir tras el traspaso de su estrella sin excesivo éxito (los Grizzlies sin Pau, los Nets sin Kidd, etc), por lo que el “trauma” de perder a Anthony en junio tampoco es que se convierta en una redención si es traspasado ahora.

Cuentan también los Nuggets con una ventaja: ante lo incierto del nuevo convenio colectivo y la posibilidad de un lockout en lontananza, un buen inicio de temporada y la recuperación física de sus lesionados pívots podría devolver a Melo la confianza en el conjunto y decidirse por ampliar el contrato antes del final del curso, además de que el traspaso de Anthony podría suceder perfectamente en febrero si se ve que las posturas no tienen un punto de encuentro o los resultados del equipo son malos, en una situación mucho mejor explicable a la afición, salvando muchos puntos oscuros.

¿Un traspaso ahora? ¿Ya? Salvo que su estrella tense demasiado la cuerda y el equipo parezca a punto de desintegrarse, no tendría demasiado sentido para los Nuggets. Para quienes estén interesados en hacerse con Carmelo sí, claro. Y por eso seguiremos con los rumores pese a lo complicado de la situación.

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