Pavlovic también acaba en Minnesota tras la reducción de gastos en los Suns
Robbin Barberan - 16/09/2009 13:12
En menos de un día, Sasha Pavlovic ha aparecido como protagonista dentro de las páginas de información por 2 acciones consecutivas: su acuerdo de rescisión en Phoenix y su fichaje por los Wolves, tras haber jugado en Cleveland durante casi la totalidad de su carrera NBA, salvo su año de debut en los Jazz de Sloan. Adquirido por los Bobcats mediante el draft de expansión, fue inmediatamente traspasado a Ohio, donde ha gozado de minutos especialmente por su aportación defensiva, además de alguna racha de anotación desde el exterior.
Su llegada a Minnesota ha sido anunciada por Adrian Wojnarowski, quien sitúa en cifras cercanas al millón y medio de dólares el contrato que firmará por una temporada.
Se pone así punto y final a una situación en la que los contratos no garantizados y la reducción de gastos han jugado un papel fundamental, originado todo desde los Phoenix Suns.
Y es que todos sabemos la historia: en el 2004 Steve Nash (y Quentin Richardson también, de acuerdo) firma con la franquicia de Arizona, transformando a un equipo de 29 victorias en uno de 60, una de las mayores remontadas de la NBA en su historia. El año siguiente se lesionó Stoudemire tras firmar la ampliación de su contrato y poco antes del inicio de la pretemporada, aunque el equipo mantuvo el tono incluso después de la lesión de Kurt Thomas, que dejaba al bloque sin armas en el rebote ni la defensa interior. En el 2007 todos recordamos el lío de las expulsiones de Diaw y Amare ante los Spurs a falta de unos segundos de concluir el choque que ponía el 2-2 en la eliminatoria, con ventaja de campo para los Suns. Y todo cambió.
Una de las frases que más se ha escuchado sobre lo que supusieron estos Suns es el clásico “así no se puede ganar”. Y puede que sea cierto, aunque por motivos radicalmente diferentes a los del tópico de marras.
La derrota ante los de Popovich supuso un enorme cambio en la franquicia de Arizona. Después de unos años en los que no se reparaba en gastos, agotando excepciones salariales a la hora de reforzar la plantilla, se tomó la decisión de reducir salarios de forma urgente e inmediata. Las cantidades que recibían secundarios como Diaw o Marcus Banks, decisiones tomadas cuando el responsable de operaciones era el propio Mike D’Antoni -sucesor de Bryan Colangelo tras su marcha a Canadá- elevaban los gastos totales muy por encima de la barrera del impuesto de lujo. El fichaje de Steve Kerr como GM en los Suns tenía una consigna clara: mantener un equipo que luchase por el anillo al tiempo que se reducían costes.
Y así es muy difícil ganar.
Una de las primeras decisiones de Steve Kerr marcaría el inicio de la cuesta abajo del equipo: enviar a Kurt Thomas junto a ¡dos futuras primeras rondas del draft! a los Sonics/Thunder de Sam Presti, a cambio de una segunda ronda que sólo recibirían ¡si los Thunder quedaban entre los 5 primeros de la liga en el 2009!
Las urgencias de los Suns se explicaban teniendo en cuenta que Thomas debía cobrar algo más de 8 millones de dólares -el puesto 84 en toda la NBA ese curso- en su último año de contrato, lo que suponía unos gastos superiores a los 16 al estar en Phoenix por encima de la barrera del impuesto de lujo y tener la obligación de pagar . Los de Durant eran uno de los pocos equipos que estaban claramente por debajo del tope salarial, lo que permite poder coger un contrato sin dar nada a cambio, y sacaron beneficio con esas 2 primeras rondas adicionales.
Las consecuencias en Phoenix eran desastrosas. La marcha de Thomas multiplicaba sus carencias en el interior, lo que -pese a unos buenos resultados en la regular season- hacía indicar graves problemas en la zona a la hora de afrontar la parte final de la temporada. Por ello, en febrero se hicieron con los servicios de Shaquille O’Neal desde Miami, mandando a Marion y Banks hacia Florida. En ese movimiento de contratos, también conseguían reducir los gastos de la temporada, aunque Shaq tenía un año más de vinculación que Marion.
Una sucesión de derrotas hacían ver que acoplar a O’Neal no iba a ser sencillo, pero mejoraron en la parte final de la temporada regular, antes de verse de nuevo las caras con su bestia negra: los Spurs.
Probablemente, pocas veces se ha visto reflejado de forma tan clara el fin de una etapa como en ese primer partido de la serie, resuelto tras una doble prórroga cuando todo parecía de cara para los de Kerr. De forma menos dramática cayeron en el segundo partido tras un inicio de nuevo con superioridad para los Suns, pero todo estaba decidido.
D’Antoni se iría a New York al acabar el curso tras las dudas en los Bulls sobre su fichaje, y Terry Porter se hacía cargo de los Suns, con un contrato de menor cuantía.
La reducción de gastos seguía su curso. Así es muy difícil ganar.
El equipo cambiaba por completo su estilo de juego, adaptado a las características de Shaq y cediendo Nash el mando de las operaciones. Una imagen encorsetada y un balance no demasiado ilusionante quitaban la alegría del gran rendimiento de O’Neal, por lo que se volvían a tomar medidas: la llegada de Jason Richardson primero y el cese de Porter después, buscando retomar sensaciones del pasado con un juego volcado en la ofensiva.
La defensa exterior llegaba a niveles insospechados -por escasa- y se quedaban sin clasificarse para los playoffs, así que tocaba de nuevo tomar medidas, ¿cuáles? Efectivamente: reducir gastos.
Shaq era traspasado a Cleveland, sonde buscará lograr el anillo junto a James, a cambio de Ben Wallace y Sasha Pavlovic. El primero había dejado caer la posibilidad de retirarse, y el segundo tenía una opción en su contrato muy interesante para los de Arizona.
Ben Wallace llegó a un acuerdo con los Suns para ser cortado, ahorrando unos 8 millones de dólares a los de Phoenix en el desenlace de las negociaciones, entre el sueldo al que renuncia y las cantidades que se pasan del impuesto de lujo, tras lo que firmó con los Pistons.
Pavlovic tenía una cláusula en su contrato por la que podía ser cortado antes del día 1 de diciembre y recibir “sólo” 1’5 de los casi 5 millones de su último año de contrato. Era cuestión de tiempo que esa cláusula se hiciese efectiva, por lo que el serbio decidió llegar a un acuerdo con los Suns para cobrar una cantidad ligeramente menor, 1’25 millones, y ser libre de elegir destino antes de esa fecha, por lo que podrá disputar minutos en la pretemporada de los Wolves y buscar un sitio en la rotación.
Si añadimos alguna pequeña cláusula en el contrato de O´Neal, los Suns han reducido los gastos para la próxima temporada en cerca de 20 millones de dólares al sumar todos los conceptos. Con casi 75 millones de dólares comprometidos en salarios para el próximo curso, permanecen por encima de la barrera del impuesto de lujo, ya con los 13 jugadores que toda plantilla debe tener como mínimo tras la llegada de Channing Frye como agente libre, las de Taylor Griffin y Earl Clark a través del draft y la renovación de Grant Hill. Incluso Steve Nash amplió su contrato que terminaba el próximo verano por otras 2 temporadas.
Así no se puede ganar, decían algunos de los Suns de Nash y D’Antoni. Qué cosas.
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