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Boston Celtics: cuando depender de Shaquille O’Neal no parece buena idea

Robbin Barberan - 25/03/2011 14:52

Tras la locura de traspasos del tumultuoso trade deadline, los resultados no están acompañando a los Boston Celtics. Han perdido el primer puesto de la Conferencia Este a manos de los sorprendentes Chicago Bulls de Tom Thibodeau (ex ayudante de Doc Rivers), y están dando una imagen mucho más endeble de la ofrecida en la primera parte de la temporada. Uno de los motivos recurrentemente aducidos para tal empeoramiento de sus resultados es la pérdida de cualquier referencia interior, del calibre que sea, al haberse deshecho de Kendrick Perkins y Samih Erden el pasado mes de febrero.

Los Celtics comenzaron la temporada con un juego interior de amplias posibilidades con la llegada de Shaquille O’Neal, Jermaine O’Neal y el propio pívot turco, aunque con la certeza casi plena de que la participación de los O’Neal a lo largo de la temporada se iba a ver salpicada de numerosas ausencias por lesión en ambos casos.

Shaquille O'Neal se ha pasado más tiempo en la grada esta temporada que sobre el parquet. Copyright 2011 NBAE (Photo by Brian Babineau/NBAE via Getty Images)

Shaquille O'Neal se ha pasado más tiempo en la grada esta temporada que sobre el parquet. Copyright 2011 NBAE (Photo by Brian Babineau/NBAE via Getty Images)

Así, de los cuatro pívots iniciales del equipo, nos encontramos con dos que apenas han podido participar durante toda la temporada y que los otros dos ya no están en el roster. A cambio de Perkins (y Nate Robinson) llegaron a Boston Jeff Green y Nenad Krstic desde Oklahoma City Thunder, a los que se sumó la contratación de Troy Murphy. En definitiva, un 3-4, un 4 y un 5 con unas características bien diferentes a lo que debería ser una presencia intimidatoria en la zona.

Como consecuencia de tanto movimiento y aparente desequilibrio en la posición de cinco, el récord de los de Doc Rivers es un discreto 9-6 desde el trade deadline, que los ha llevado a caer hasta la segunda posición en el Este, a un partido de los Bulls y con Miami Heat pisándoles los talones.

Una situación delicada la de reconstruir en parte un equipo que estaba funcionando bien a mitad de temporada. Paul Pierce y Ray Allen habían hecho una primera parte de la misma primorosa, acumulando en enero los mejores porcentajes de tiro de su carrera, ambos por encima del 50%. Ahora, en marzo, presentan sus peores promedios anotadores de la 2010-11. Además, daban los Celtics la sensación de ser una maquinaria bien engrasado, con Rajon Rondo dirigiendo la orquesta, y cada integrante de la plantilla cumpliendo a la perfección con su papel.

Ahora son un equipo menos consistente, menos temible. Doc Rivers intenta encajar las piezas nuevas -también han llegado Pavlovic y Arroyo- justo a tiempo para volver a ser competitivos en los Playoff. Pero en ese puzzle se antoja necesaria la presencia de un hombre grande que aporte presencia e intimidación en la pintura. Lo recibido a cambio de Perkins y Nate Robinson supone una suma de talento que no es, precisamente, de lo que adolecen los Celtics. Green y Krstic no suponen, a priori, una mejora sustancial en algo que no puedan aportar las piezas ya existentes, como Pierce, Garnett, Allen, Rondo o el propio Glen Davis.

Shaquille O'Neal deberá levantar a los Celtics. Copyright 2011 NBAE (Photo by Rocky Widner/NBAE via Getty Images)

Shaquille O'Neal deberá levantar a los Celtics. Copyright 2011 NBAE (Photo by Rocky Widner/NBAE via Getty Images)

La esperanza -no queda otra- ha de ser Shaquille O’Neal. Según informa ESPN Boston, Diesel podría volver a pisar los parquets de la NBA el 1 de abril, tras haber estado de baja desde el pasado 1 de febrero por molestias en el tendón de Aquiles de su pie derecho. Tendría, en ese caso, apenas dos semanas para ponerse a punto, integrarse con sus nuevos compañeros y, pese a su edad (39 años), aportar los cerca de 10 puntos, 5 rebotes y 1.2 tapones que había acumulado en los 36 partidos que había logrado disputar como pívot titular del equipo.

Jermaine O’Neal, por su parte, se encuentra en Chicago rehabilitando su rodilla y, en palabras de Doc Rivers, se reincorporará al equipo el próximo lunes. Esto no quiere decir que vaya a estar disponible para jugar todavía, pero también podría reforzar a los Celtics de cara a la lucha por el anillo.

Pese a que son buenas noticias para los verdes, es difícil a estas alturas pensar que cualquiera de los dos vaya a ser el refuerzo definitivo, ni la baza a esperar para recuperar la idiosincrasia que ha hecho de estos Celtics un equipo temible las últimas temporadas. Su historial reciente -y no tan reciente- hace difícil prever que Rivers pueda contar con ellos, sin más incidentes, durante todos los Playoff.

Difícil se le pone, pues, a estos “renovados” Celtics la lucha por una Conferencia Este que está más al rojo vivo que nunca. El rojo de los Chicago Bulls y, también, de los Miami Heat; sin olvidarnos de los ya reconstruidos Orlando Magic, que decidieron reinventarse allá por diciembre.

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1 comentario en “Boston Celtics: cuando depender de Shaquille O’Neal no parece buena idea”

  1. […] de Doc Rivers? ¿Qué ha pasado con el temible Rajon Rondo? Todo cambió a finales de febrero. Ya dimos debida cuenta de los apuros por los que están pasando los de Boston desde el trade deadline. Ahora están 14-11 […]

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