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El lío de los Hornets: Algunas preguntas y respuestas

Robbin Barberan - 10/12/2010 12:03

Ha sido la comidilla en los medios durante los últimos días: la NBA se hace con el control de New Orleans Hornets, tras comprar todo el accionariado de la franquicia, situación que ha generado no pocas preguntas. Intentemos responder algunas:

¿Cómo surgió la franquicia?

Allá por 1985, David Stern anunciaba la intención de ampliar el número de franquicias en la NBA. En el 88 debutaron 2: Charlotte Hornets y Miami Heat, un año más tarde lo hicieron Orlando Magic y Minnesota Timberwolves. Es curioso recordar cómo en un principio la idea era crear 3 nuevas franquicias, pero el interés de diversos grupos en Florida llevó a estas 4 adquisiciones, con dos nuevos conjuntos en este estado. En el 95 la expansión llegó a Canadá con la entrada de Vancouver Grizzlies y Toronto Raptors. Tras la reubicación de los Hornets en 2002, se pusieron las bases para una nueva franquicia, Charlotte Bobcats, que llegó en 2004, completando los 30 conjuntos que disputan la NBA en la actualidad.

¿Por qué se movieron a New Orleans?

Tras una excelente acogida por parte de la ciudad de Charlotte, el seguimiento al equipo y la asistencia al pabellón cayeron de forma notable tras el juicio público por acoso sexual al que se vio sometido el principal accionista, George Shinn. Su imagen cayó en picado y New Orleans fue la ciudad escogida para el movimiento. Stern anunció de forma casi inmediata que en el 2004 contarían con una nueva franquicia en Charlotte.

¿Quién es George Shinn?

El hombre a la cabeza del proyecto de los Hornets y máximo accionista del equipo. Considerado como uno de los propietarios “menos ricos” en la competición (poco ha faltado para que algún columnista dijese que se compraba la ropa en Zara), ha visto cómo los algo más de 32 millones iniciales que costó la franquicia se han transformado en cerca de 300 unos 20 años después.

¿Por qué la venta?

Tras varios años acumulando pérdidas y sin encontrar un comprador que pagase el precio pedido, Shinn ha decidido vender la franquicia a la NBA, quien se hace también con el resto de acciones en un montante que varios medios sitúan cercano a los 300 millones de dólares. En los últimos meses se había anunciado en varias ocasiones el “próximo acuerdo” entre Shinn y Gary Chouest -segundo accionista de los Hornets- para que éste comprase su paquete de acciones, sin llegar finalmente a cerrarse la venta.

Hay además que tener en cuenta la situación económica del estado de Louisiana, aún en proceso de recuperación tras el duro golpe causado por el Katrina. Recordemos también que los propios Hornets tuvieron que moverse a Oklahoma City entre 2005 y 2007 como consecuencia de los destrozos en New Orleans. Lo más irónico es que en aquel momento, Clay Bennett intentó comprar la franquicia para mantenerla en Oklahoma, pero Shinn no quiso vender y Bennett terminó haciéndose con los entonces Supersonics, ahora Thunder.

Las peticiones para que desde el gobierno estatal se tomen medidas para ayudar a que la franquicia pueda dar mayores beneficios no han tenido una gran repercusión. En plena crisis económica y de recorte de gastos, el gobernador Bobby Jindal ha insistido en que no es el mejor momento:

“Aunque estamos dispuestos a ayudar, nada haremos que pueda poner en peligro nuestros esfuerzos para mejoras en educación o asistencia sanitaria”.

Junto a las pérdidas de la franquicia, desde hace un año Shinn está luchando contra el cáncer, lógicamente ya mucho menos activo en las operaciones diarias del conjunto. Su estado de salud y situación económica -una auditoría reciente muestra cómo debía decenas de millones de dólares en préstamos de la NBA y dinero adelantado desde la propia franquicia- convertían en “urgente” encontrar una solución al estado de la franquicia, que arrastra unas deudas a largo plazo cercanas a los 120 millones de dólares -más sus intereses, claro- y con resultados negativos en las últimas temporadas, como apuntan desde The Times-Picayune.

¿Por qué Gary Chouest no llegó a un acuerdo?

Además de haber anunciado en varias ocasiones que deseaba encontrar un accionista minoritario que se hiciese con pequeños porcentajes de la franquicia, Chouest es propietario de Edison Chouest Offshore, compañía que ha visto afectada sus operaciones por el desastre causado por la plataforma petrolífera Deepwater Horizon en el Golfo de México. La situación económica global y la amenaza de un posible cierre de la NBA la próxima temporada también han jugado un papel importante según declaraciones del propio Chouest, quien ha vendido finalmente el 35% que ya poseía de los Hornets a la NBA.

¿Por qué la compra de la franquicia por parte de la NBA?


“Creemos que es una buena inversión”, han sido las primeras palabras de David Stern tras hacerse oficial el anuncio de compra. Las cantidades pagadas parecen las mismas que Shinn y Chouest habían acordado hace unos meses antes de “venirse abajo” la operación. Shinn no podía soportar las pérdidas y tampoco cerrar la venta a ningún comprador, así que prácticamente era la solución posible. De todas formas, hay que remarcar que no ha sido una decisión precipitada, sino que ya se había llegado a un principio de acuerdo hace un par de meses y faltaba la aprobación del NBA Board of Governors. Tras la consulta obligada con el resto de propietarios, se iniciaron una serie de procedimientos que en los últimos días han finalizado.

¿Es una situación nueva en el deporte norteamericano?

No, no lo es. Los Montreal Expos fueron comprados por la NFL y los Phoenix Coyotes por la NHL en la última década. Ambos conjuntos fueron después vendidos.

¿Hay peligro de desaparición de la franquicia?

Los rumores sobre una posible “contracción” de la NBA han salido en los últimos meses, y el propio Stern ha llegado a declarar que es una posibilidad. Evidentemente, ninguna franquicia tendría más sencillo dejar de existir que la dirigida directamente desde la liga, por lo que dichos rumores han vuelto a salir.

Sin embargo, es probable que estemos hablando de “declaraciones de presión” en las negociaciones del próximo convenio colectivo con el sindicato de jugadores, pues el objetivo de la NBA ha sido siempre ampliar, no reducir. Estamos además hablando de una inversión de 300 millones de dólares, con todo lo que ello supone.

Por si fuera poco, todas las declaraciones desde la compra apuntan a la búsqueda de nuevos inversores, y desde la NBA se apunta que “no hay prisa”, esperando a la oferta más apropiada y al momento justo.

Según varias filtraciones a la prensa, la NBA pretende que su próximo convenio con los jugadores asegure a las franquicias beneficios cercanos a los 10 millones de dólares. No cabe duda de que esa situación ayudaría a encontrar nuevos inversores, por lo que todo parece “ir para largo”. Al menos, mientras no se conozca el nuevo marco de contratación, y más teniendo en cuenta que ahora mismo la temporada 2010-11 está “en peligro”, sin ser segura su disputa.

¿En qué situación se queda el equipo?

Desde la NBA se ha nombrado a Jac Sperling como el representante de la liga en las decisiones del conjunto y la persona que debe cerrar el acuerdo de venta. Sperling es nativo de New Orleans y ha trabajado en los Minnesota Wild, equipo de la NFL. Se mantiene en su cargo a todos los miembros de la franquicia, por lo que “el día a día” no cambia respecto a los últimos meses. Eso sí, en el caso de cualquier posible propuesta de traspaso con jugadores, Sperling será la persona que deba dar el visto bueno.

¿Permanecerán los Hornets en New Orleans?

A día de hoy, todo son elucubraciones. La situación es simple: la NBA se ha hecho con el control y su primera intención en vender sacando beneficios.

En el lado positivo, Stern siempre ha sido reticente al movimiento de franquicias, al considerar que cierra un mercado y puede ser visto de forma negativa en cuanto a imagen de la liga. La disputa del All Star Game en la ciudad el año 2009 debe ser entendida como un apoyo más por parte de la NBA.

Eso sí, existen varios motivos para ser pesimistas: bajo la gestión de Shinn se acumulaban pérdidas, lo que hace difícil encontrar inversores dispuestos a apostar por la franquicia en New Orleans. Además, existe una importante cláusula en el contrato de los Hornets que hace relativamente sencillo el movimiento de la franquicia si la asistencia al pabellón no se incrementa en las próximas semanas.

¿En qué consiste la cláusula de asistencia?


Si en los 13 partidos comprendidos entre el 1 de diciembre y el 31 de enero no se alcanza una asistencia media de 14.735 espectadores, la franquicia puede marcharse de New Orleans pagando al estado de Louisiana una compensación de “sólo” 10 millones de dólares, muy inferior a las cantidades pagadas por llevar a los Hornets a New Orleans. En las últimas horas, varias han sido las voces que instan a acudir a los partidos de los Hornets, pero la asistencia es muy escasa:

  • 10.866 ante Charlotte el 1 de diciembre, en lo que era la 6ª asistencia consecutiva por debajo de 15.000 espectadores pese al buen inicio del equipo en cuanto a resultados.
  • 14.020 ante los Knicks el pasado día 3, lo que dejaba la asistencia media en los primeros 10 partidos del curso en 13.865.
  • 10.823 el último partido ante Detroit, dejando en 14.803 la media de asistencia si contamos todos los partidos que han disputado como locales entre la temporada pasada y lo que llevamos disputado de la actual.

De nada han valido hasta el momento llamamientos como los del propio gobernador del estado y, en definitiva, será importante conocer los datos de asistencia en los próximos encuentros ante Thunder (2 veces), Kings, Jazz, Nets, Hawks, Lakers, Sixers, Warriors, Magic, Raptors, Grizzlies y Spurs antes del día 31, pues cabe la posibilidad de que pueda marcar el futuro del equipo. De no alcanzar esa cifra media de 14.735 espectadores, los propietarios de la franquicia son libres de llevarla a otra ciudad si avisan antes del 31 de marzo de 2011 y pagan una penalización de 10 millones de dólares al estado de Louisiana.

¿Qué supone una “relocalización” y por qué se haría?

Se trataría simplemente de motivos económicos, de lograr una franquicia con mayor capacidad de ingresos. Pensemos en el movimiento que se hizo de Seattle a Oklahoma City y los datos que nos dejó: los ingresos por venta de entradas que tenían los Sonics en cada partido como local su última temporada fueron de 457.863 dólares de media. En su primer año como Thunder, esos registros medios fueron de 1.122.109 dólares. Si tenemos en cuenta que en la NBA se juegan hasta 41 partidos en casa durante la temporada regular, vemos una notable diferencia con lo que sucede en las otras principales ligas estadounidenses. Por ejemplo, el equipo de New Orleans en la NFL disputa sólo 8 partidos en la ciudad.

¿Dónde irían los Hornets?

Hasta ahora, todo son elucubraciones, nada fijo hay y es probable que la situación actual se mantenga durante al menos unos cuantos meses.

  • Anaheim y Kansas City han sido casi los primeros nombres en saltar a la palestra, simplemente porque disponen de un pabellón en el que quizás mañana mismo se podría disputar un partido de NBA.
  • También se ha mencionado a Seattle, pero hay que remarcar un detalle: los Supersonics se fueron de la ciudad por no disponer de un pabellón que les garantizase los ingresos que demandaban y la situación no ha cambiado.
  • Las Vegas nunca falta en estas quinielas, pero Stern siempre se ha mostrado reticente por esta posibilidad, principalmente por todos los problemas que podrían surgir en relación con las apuestas.
  • Otras ciudades mencionadas han sido San José o incluso Chicago, en la posibilidad de tener un segundo equipo. Mas, como decimos, hasta ahora todo son castillos en el aire.

¿Cambia algo en la situación deportiva del equipo?


No debería, aunque también existan motivos para la preocupación. Chris Paul dejó caer el pasado verano (en realidad, su enfado se parecía mucho a una “amenaza”) que se plantearía dejar el equipo ante los últimos movimientos, que él consideraba perjudicaban a las posibilidades del conjunto. Los intercambios de los meses posteriores y el buen comienzo en cuanto a resultados acabaron con los rumores de su traspaso, que ahora volverán a aparecer con fuerza.

Monty Williams ha conseguido un conjunto con cierto parecido a los Blazers en los que estuvo de ayudante las últimas temporadas. Ritmo lento de juego y ataque dependiente de su estrella exterior. Si bien la temprana racha de triunfos se ha transformado en resultados más irregulares, los Hornets parecen encaminados a retornar a los Playoffs, aunque los rumores alrededor de la franquicia podrían ayudar a enturbiar el ambiente.

¿No te cansas de tantas preguntas?

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1 comentario en “El lío de los Hornets: Algunas preguntas y respuestas”

  1. uno cualquiera del foro says:

    Hacía bastante tiempo que no leía un artículo tan bueno sobre baloncesto que no perteneciera al género de la paja mental poética para jugar con las emociones del lector.

    Impresionante el trabajo. O la traducción.

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