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Bruce Bowen anuncia su retirada

Robbin Barberan - 04/09/2009 06:26

Adorado por sus seguidores, odiado por los rivales, el adiós de Bowen nos deja sin uno de los mejores defensores en individual que se han podido ver en la historia de la NBA.

Un año difícil, en el que la pérdida de explosividad bajaba sus prestaciones dentro de una cuesta abajo que se inició ya la temporada anterior desembocó en su traspaso a Milwaukee junto a Fabricio Oberto y Kurt Thomas, operación por la que San Antonio conseguía la adquisición de Richard Jefferson y los Bucks reducían gastos. Un apartado de su contrato permitía a los Bucks cortar a Bowen pagando la mitad de su salario, por lo que la hicieron efectiva.

A lo largo de los últimos meses, los rumores sobre dónde podría acabar Bowen han sido continuos: Celtics, Spurs, Cavs, Spurs, Magic, Spurs,…, mas finalmente el jugador ha decidido despedirse del baloncesto y empezar una nueva carrera profesional.

Bowen no fue elegido en el draft allá por 1993, iniciando una época de salto entre Europa y Estados Unidos, con notables actuaciones en la liga francesa. En 1997 jugó su primer partido en la NBA, en las filas de los Miami Heat, y fue en los Celtics cuando empezó a actuar de forma continuada. Pese a todo, estamos hablando de unos años sin continuidad, con contratos cortos en su mayoría y ocupando lugares del fondo del banquillo en casi todas las ocasiones. Además de Miami o Boston, fue también contratado por Phoenix, Philadelphia o Chicago, y no fue hasta el curso 2000-01 cuando empezó a ser reconocido en la NBA, un jugador reinventado y con una aportación basada ya en sus habilidades defensivas.

En el verano de 2001 se incorporó a los San Antonio Spurs, equipo por el que será siempre recordado. Perro de presa de las principales estrellas de la liga, no faltan en su recuerdo algunas jugadas polémicas en las que actuó con dureza, como tantos otros jugadores. Reducida su labor en ataque a lanzamientos abiertos, dentro de la habitual búsqueda de las esquinas tan habitual en los texanos, su porcentaje de triples en su carrera es de un notable 39’3%, relativizado por estar en ocasiones totalmente solo por acudir su defensor a las ayudas hacia algún otro jugador.

En el último año perdió protagonismo en los Spurs de forma notable, por 2 aspectos: el paso de los años reducía su aportación en defensa y sus limitaciones en ataque seguían siendo importantes. En un curso marcado por rachas de lesiones en la línea exterior, las ausencias de Tony Parker o Manu Ginóbili provocaban la necesidad de una mayor actividad ofensiva y Gregg Popovich optaba por dejar a Bowen en el fondo de la rotación.

Héroe o villano, dependiendo del punto de vista que se quiera tomar, no cabe duda de que decimos adiós a un jugador notable, cuya repercusión en el juego estaba muy por encima de sus estadísticas. Ocupado de las estrellas rivales, tan pronto se encargaba de la defensa de Dirk Nowitzki como de LeBron James, Steve Nash, Kobe Bryant o Chauncey Billups, en una sorprendente polivalencia casi siempre efectiva.

Nombrado en 5 ocasiones dentro del mejor quinteto defensivo de la liga, y otras 3 en el segundo, sorprende quizás el hecho de que jamás fue elegido como mejor defensor de la temporada, aunque prueba de su entidad es el que formase parte de la preselección estadounidense para los JJOO de Pekín pese a no formar parte de la selección final.

Con su marcha, nos quedamos sin uno de los rostros más conocidos de la última década, siempre intenso en la cancha.

Que te vaya bonito, Bruce.

Etiquetas: Bruce Bowen, San Antonio Spurs